Todo
médico tiene limitaciones en conocimientos y en capacidad resolutiva, pero como
profesionales se nos pide que seamos conscientes de ellas; nadie está obligado a ser un experto en todas las
áreas o especialidades; ni es lógico pensar que así sea. Lo ético es no obligar al paciente a permanecer
dentro del círculo de nuestras limitaciones, cuando su problema nos ha
rebasado.
Los
médicos necesitamos tener conocimientos de la profesión y actualizarlos de
manera continua para seguir el paso del progreso científico y tecnológico.
Debemos actuar profesionalmente con capacidad intelectual, con un acervo
correspondiente a nuestro nivel profesional, y estar informados de los avances
y de la evolución actualizada en la medicina.
Un
médico satisfecho en sus necesidades personales mantendrá una actitud positiva
que lo beneficiará en sus expectativas profesionales, hecho que se verá
reflejado en resultados positivos con los enfermos. Es obligación de los
médicos promover en los que van a engrosar nuestra profesión que tengan la
educación y calidad humana para engrandecerla y para que definitivamente no la
denigren. Parte de la educación del médico en formación, es la aceptación del y la subordinación en el trabajo como algo natural
y necesario, conscientes que solo teniendo como base la disciplina pueden
construirse resultados exitosos.
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